martes, octubre 17, 2006

Tatuaje

Hoy me he quitado el tatuaje. No especificaré más, sólo añado que no era muy grande. Me pasé mucho tiempo pensando en qué tatuaje hacerme y en dónde ponérmelo, aunque ahora ya no me gusta nada. No quería que mis padres me lo vieran. Entonces vivía con ellos, y son de los que piensan que una no debe hacer algo que le marque para siempre. Hazte lo que quieras en el pelo y vístite como quieras, pero nunca te pongas ni pendientes en sitios raros ni tatuajes. Nada que no te puedas borrar. Eso dice mi madre. Siempre he pensado que era una estupidez: todo lo que hacemos deja huella en nuestro cuerpo, el que fuma se tatúa machas y arrugas en la piel, el que bebe se tatúa la nariz de pequeñas venitas rojas, el que se pasa el día comiendo solomillos, termina con un flotador de grasa atado al cuerpo... Estamos llenos de tatuajes, la vida no deja de amontonar pruebas de lo que en realidad somos sobre nuestra piel, nuestras manos, los ojos, los dientes. Y la verdad, dentro de lo que cabe, el tatuaje de una adolescente estúpida se termina borrando por rayo láser, otras cosas son más difíciles de disimular. Por ahora, todo me resulta fácil de disimular, nada indica que soy lo que soy, hasta que yo quiera mostrarlo. No me engaño, estoy convencida de que un día la piel termina por delatarte sin ninguna posibilidad de disimulo, tu vida entera se queda escrita ahí. No hay más que mirarle a la cara a la gente a partir de los 50. Las putas de 50 tienen cara de putas.

1 Comments:

Blogger koala said...

Que cierto lo que dices, en varias ocasiones he llegado a la misma conclusion que dependiendo a lo que te dediques con el tiempo no lo puedes disimular,cuando eres puto salido del closet a los 40 ya se te ve en la cara o antes, lo mismo pasa con los drogadictos, albañiles, taxistas, borrachos, putas etc

11:12 p. m.  

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